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El nitrógeno amoniacal (NH4+/NH3) y el amonio NH4+, nitritos y nitratos, vienen normalmente asociados en las aguas potables y residuales. Son compuestos nitrogenados contaminantes superficiales y también a niveles subterráneos. El ozono es una tecnología efectiva contra estos elementos, tal y como explica Interozono.
La presencia de estos elementos disueltos en el agua propicia su toxicidad, ya que afecta a las personas y al ecosistema, flora y fauna. Estos compuestos nitrogenados alteran las propiedades del agua, dificultando su depuración, tanto para la potabilización como para el vertido de agua residual depurada. Pero... ¿cómo reaccionan en presencia de ozono (O3)?
El amoniaco está compuesto de una cadena de tres átomos de hidrógeno de constitución neutra, mientras que el amonio es completamente diferente, consta de cuatro átomos de hidrógeno de constitución positiva. No obstante, en las aguas permanece estable, son compatibles y reaccionan por igual al medio existente. El contacto con una dosis de ozono alta de 3 a 5 ppm y un control de pH de más de 9 convierten estos compuestos nitrogenados en nitritos y finalmente en nitratos, que son mucho más fácilmente de eliminar por oxigenación intensa, o sea ozonización.
El ozono es un oxidante de las cadenas de los compuestos nitrogenados, que necesita de un rango de pH alto y contacto en el tiempo para que se pueda realizar la transferencia del ozono disuelto sobre el volumen del agua a tratar, proporcional al caudal de tratamiento. Es decir, la ozonización necesitará de una dosis alta de ozono y pH, además de un punto de contacto ozono-agua donde realizar el contacto y la mezcla. Esta tecnología es muy efectiva y con resultados suficientes para obtener agua potable y residual dentro de los parámetros exigidos por las autoridades competentes, con un ahorro considerable en costes de explotación.