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Desde 1971, la Organización Mundial de la Salud (OMS) avala el potencial redox como solución técnica de garantía por lo que el agua está desinfectada a partir de una medición del valor redox mínima de 650 mV. Esto quiere decir que a partir de una medición del Redox existente en el agua, podemos afirmar y garantizar que el agua ha sido desinfectada o cumple con el mínimo de garantías de salubridad y, por tanto, potabilización, tal y como cuenta Interozono.
Según el informe de la OMS, en su página 26 señala un potencial redox en 650 mV (mínimo), mientras que la página 27 indica que dosis cloración 1 hora = 0,5 ppm (tratamiento clásico) , dosis ozono 4 minutos = 0,4 ppm (tratamiento + eficaz). Según este informe de la OMS, se deben medir en continuo el parámetro potencial redox del agua y, posteriormente, dosificar un desinfectante eficaz y lo más sostenible que se pueda aportar.
En este caso, la tecnología de la ozonización en el pretratamiento y postratamiento es una solución técnica recomendable, tanto por la ausencia de químicos como por su coste de explotación más bajo que los tradicionales tratamientos mediante vía química, además de ser sostenible con el medio ambiente.
La forma idónea de realizar este control, es instalar una centralita o panel de control, compuesta por un sensor/electrodo instalado en línea y un panel de control que nos ofrece una medición en continuo las 24 h.
Esta medición en continuo aporta la información necesaria para dosificar un desinfectante, o la necesidad de elevar el parámetro redox por ser insuficientemente bajo.
La tecnología del ozono ofrece esas dos necesarias opciones de tratamiento. Por un lado, eleva el parámetro redox y, por otro lado, realiza funciones de desinfectante. Es muy importante regular la medición del pH, porque este es un factor importante para la perfecta acción del desinfectante a aportar. Una medida de referencia sería mantener el pH entre 7,2 y 7,4, valores con los que se consigue dosificar el desinfectante de forma exacta y ahorrando en los gastos de explotación.
El ozono con 0,4 ppm (mínimo) y un redox de 650 mV (mínimo) es un buen desinfectante a elegir, para obtener la máxima calidad del agua, al mínimo coste. En resumen, la OMS avala que se debe elevar el redox superior a 650 mV, regular el pH y aportar un desinfectante eficaz, sostenible, que ofrezca ahorro y, sobre todo, que no contamine el medio ambiente.